Un elemento fundamental del sistema de propulsión es la hélice. Es inevitable que sufran un daño a corto o largo plazo debido a los diferentes factores como el uso y el medio ambiente en donde trabajan. Al momento de revisar si una hélice es reparable o no, es necesario dividir las aspas de la hélice en 3 zonas, las cuales se describen de la siguiente manera.

Zona A
Esta zona se denomina como "área critica", que se encuentra entre la maza y el radio .4R.
En esta zona, la reparación por soldadura normalmente no es permitida, a menos que tenga una aprobación de una Casa Clasificadora.

Zona B
En esta área del aspa, pueden llegar a desarrollarse esfuerzos de operación muy altos, por lo tanto, reparaciones por soldadura deben evitarse en lo posible. Defectos con profundidades menores a 2 milímetros, pueden ser esmerilados.

Zona C
En esta zona, las reparaciones por soldadura son permitidas normalmente. Los esfuerzos de operación son bajos. Es generalmente la sección más delgada del aspa y en este caso la reparación por soldadura es relativamente segura. Para esto se requiere de un método de reparación previamente aprobado.

Para poder reparar en cada una de estas zonas es importante determinar el espesor y el ancho de las aspas, pues éstas se van desgastando y pueden haber disminuido de forma considerable. Si el grosor y el ancho están dentro de las tolerancias, la reparación puede ser efectuada.

VENTAJAS DEL TRATAMIENTO TÉRMICO EN LA REPARACIÓN DE HÉLICES

Muchas de las reparaciones efectuadas a una hélice parcialmente dañada incluye la soldadura en su proceso, sin embargo, debe destacarse también la importancia de la aplicación de un tratamiento térmico para disminuir daños posteriores a la soldadura.

Uno de los defectos que surgen en la ausencia de un tratamiento térmico al reparar una hélice es el agrietamiento de la soldadura y de las juntas soldadas siendo consecuencia de la dureza, resistencia y elasticidad del material de la hélice.

El tratamiento térmico es un proceso que consiste en el calentamiento de los metales o aleaciones en estado sólido a temperaturas definidas, manteniéndose a dicha temperatura constante y por suficiente tiempo, seguido de un enfriamiento adecuado con el fin de otorgar un producto que cumpla con los requisitos de nuestros clientes.

Las temperaturas de precalentamiento para una hélice que será reparada deben de ser aplicadas a una distancia de 12 pulgadas en el área a reparar y no deben de tener diferencias mayores a 55° entre un área y otra cada 12 pulgadas de distancia.

Estos precalentamientos son aplicados mediante flama de gas natural o licuado de petróleo aplicadas con antorchas, incluso se utiliza el oxiacetilénico que al ser más agresivo en el calentamiento exige mayor precaución para evitar sobrecalentamiento sobre la pieza.

Las siguientes tablas muestran los rangos de temperatura permitidos.

RICE PROPULSION cuenta con personal capacitado para supervisar en tiempo real la aplicación de este proceso.