En la actualidad
ya no tiene que suceder tal situación y es donde entran aplicaciones
como la que se menciona en el título de este artículo. Las
aplicaciones SCADA (Supervisión, Control y Adquisición de Datos)
utilizan las tecnologías de información e interconectividad para que
los equipos e instrumentos utilizados en líneas de producción sean
capaces de ´comunicar´ la situación en la que se encuentran.
Tales datos permiten que un operador, tal vez ubicado no cerca de la
línea de producción, pueda hacer ajustes en motores, revisar
parámetros de máquinas-herramientas, estados de alarmas y hasta
modificar procesos (abrir válvulas, por ejemplo) para tener cierto
control sobre el proceso con el que Henry Ford pudiera haber soñado
solamente.
Una aplicación SCADA debería cumplir con algunos objetivos en común para cualquier empresa:
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Arquitectura abierta
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Transparencia en su comunicación
-
Instalación sencilla sin exigencias excesivas
En otras palabras, se busca que al instalar este tipo de
aplicaciones SCADA se obtenga un sistema abierto en su arquitectura
que permita ajustarse a las eventualidades de cambio en una empresa.
Su comunicación con el resto de equipos en la red, además de los
operadores debe ser relativamente fácil de atender. En otras
palabras, cualquier usuario debe ser capaz de comprender lo que ve
en pantalla y cualquier equipo conectado debe ser capaz de reconocer
una orden o parámetro recibido. También se desarrollan interfaces
sencillas de utilizar para que los operadores no requieran
conocimientos complejos al utilizarlos ni se pierda tiempo excesivo
al modificar o ampliar la instalación. El futuro es joven, pero ya
existen maneras de registrar escenarios fallidos para evitarlos y
configurar soluciones conocidas mediante sistemas de aplicación
SCADA. Estadísticas en tiempo real que ayudan a tomar decisiones que
promuevan la producción a pesar de los problemas, encontrar causas
raíz de fallas u otras eventualidades. Y en muchos casos, evitar
sorpresas desagradables e irreversibles que detengan la producción y
dañen a la empresa.
En conclusión, para responder a la pregunta del título, la realidad es que no necesitamos
saberlo todo para tener una línea de producción en operación, pero está demostrado que
el control sobre las mismas depende de cuánto conocimiento tengamos sobre la misma y el
beneficio crece conforme el conocimiento aumenta y se toman buenas decisiones al tiempo apropiado.
Sin embargo, esto no termina aquí, actualmente se están implementando soluciones de
aplicaciones SCADA que trabajen de forma amigable con el denominado Internet de las Cosas,
también llamado Industria 4.0, pero ese será tema para otra ocasión.
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